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domingo, enero 25, 2004

[Flores amarillas]
Flores amarillas se lanzan sobre el mar
cuya inmensidad jugará a mi favor,
albergando esperanzas y deseos
de un encuentro que no habrá de ser hoy.

Tragarme el miedo y soñar tu puerto,
pisar la arena en tu búsqueda
sin dejar huellas de pasados inciertos,
y caminar con un solo destino, tú.

Vienen, van, y me traen tu nombre,
sin descanso reflejan nuestros sueños.

Flores amarillas brotan a mi alrededor,
todas cantan la misma canción,
puedo oirlas gritar tu nombre
volcando mis anhelos en las olas.

Confundir tu yo conmigo
bajo el agua, en el mar.
Tus besos salados
desperterán nuestros sentidos.

Vienen, van, y me traen tu nombre.
Sin descanso reflejan nuestros sueños.

[Miedos nocturnos]

Situándome cada día en un niguna parte,
e irme a dormir a una cama diferente cada día,
una ciudad distinta,
y pensar en tí.

Mientras todos los mares,
se secan en mis botellas vacías,
el sudor de un descanso que no llega,
se convierte en vela que da luz.

Y sin dormir,
soñar contigo.

Flores amarillas acechantes,
de formas imprecisas que refleja el mar,
desaparecen y se van,
y tú, con ellas.

Velas que se apagan,
anuncio de desalientos,
de fin de cosas,
de fin de todo.

Y sin hablar,
llamarte.

Antes de apagarse,
soñaron con seguir encendidas,
vacilantes se dejaron llevar,
y fue demasiado tarde para pensar.

Levantarme sin razón,
saber que no hay donde llegar,
intentarlo y no querer,
alcanzar; nada.

Y ¿sin amar?,
desearte.

No tengo miedo a nada,
excepto a tí.

[Corazones al Sol]

El tuyo,
entre risas y anhelos,
lo ocultas en tu pecho,
anhelante de confundir,
deseos y caricias.

El mío,
atravesará las barreras,
dejando atrás desidia y vagancia,
para entregarse y no haber más.

Destriparte,
con el cuchillo de mi curiosidad,
levantarnos al amanecer,
embriagados de ti y de mí.

Enamorarte,
con las flores amarillas de la orilla del mar,
dejar atrás dos yo,
para construir juntos un nosotros.

Ocasos de uno mismo,
reinventarse; banal.

Desapareces y fué ayer,
años, que son ahora.

Desear que estuvieras aquí,
y solo ver tu reflejo en el mar.

Quizás mañana, hoy no.
De momento esta flor.

Después, tu corazón;
Viéndo el mar.

Volverá a salir el Sol.

viernes, enero 23, 2004

[Déjame ir contigo]

Déjame ir contigo,
dame la mano; llévame.

Ven,
alcancemos juntos los sueños,
que haremos nuestros aquí.

Sonríe,
huyamos rápido hacia la noche,
no queda nada ahí fuera.

Mírame,
quememos los últimos puentes,
no tenemos nada ya.

Desnúdame,
construyamos otro mundo,
detengamos todos los relojes.

Déjame ir contigo,
dame la mano; llévame.

Voy,
y solo estás tú.

Hablo,
y solo digo, tú.

Miro,
y solo te veo a tí.

Sueño,
y solo sales tu.

Déjame ir contigo,
dame la mano; llévame.

Lléname,
la boca con tus sabores,
que habrán de llenar mi vacio.

Vacíame,
de la soledad que me encontró,
sin haber ido yo en su busca.

Átame,
fuerte a tu pecho,
para no volverme dejar caer.

Suéltame,
para ser yo y elegirte,
con la libertad del amor.

Déjame ir contigo,
dame la mano; llévame.

miércoles, enero 21, 2004

[Fugitiva. Ella dijo: te digo VEN]

Si no te conozco,
no vivo.
Si me voy sin conocerte, no muero;
porque no he vivido.

Abrazando a la melancolía de que no estés,
soñando estar contigo y nunca estamos,
¡soledad de amores y locuras!
(como dice la canción).

Mañana,
esperarte,
y ¿conocerte?
¡Fugitiva!

Como todo últimamente,
lo bueno se desvanece;
los castillos en el aire se esfuman,
los castillos en el la arena se los traga el mar.

Un día pensar en tocar el cielo,
y al siguiente vivir enterrado,
una noche soñar con besarte bajo el mar,
y al siguiente ahogarme en él.

La vida es un puto tiovivo,
y no pienso en bajarme,
sino en que subas,
Si me dices ven, voy.

Mañana,
esperarte,
y ¿conocerte?
¡Fugitiva!

miércoles, enero 14, 2004

[Llovía mientras contemplaba las olas]

El cielo gris, el mar gris,
la boca seca y la cabeza sucia.
Quería estar sólo,
hacía cuatro meses que no veía el mar.

Llovía y sentado,
luchaba por transgredir el último umbral,
por tragarse todo el mar,
por tragarse toda la arena.

Por meterse en las olas y no salir,
empezar a nadar y no mirar atrás.
Enterrar todos los recuerdos,
reinventarse a si mismo para no ser nunca más él.

El pasado no existiría,
pero hoy era así por lo que había sido.
Sin presente, ya no importaría el pasado,
y dejar de soñar, no guardar fuerzas para volver.

Rechazó sus fantasmas,
amenazantes de recuerdos confusos y mentirosos;
ensoñaciones de lo que pudo haber sido y nunca fue.
O sí.

Le dió la espalda al mar
y se cerró a su soledad.
Un vacío tan grande que esta vez,
el mar no lo pudo llenar.

[18 de Marzo]

Las baldosas amarillas,
el conejo blanco
¿Para qué seguirlas?
¿Para qué ir detrás?

Seguiste el marcado y confuso
rumbo fijo ya escrito
¡de otros!

Mira al espejo
por última vez,
Coge el barco
que se va ya,
Deja el paracaidas,
no pienses en volver.

Promesas falsas de ilusión,
platos en la mesa
¿Para qué seguirlas?
¿Para qué ir detrás?

Corrriste detrás de algo
que hoy ya no puedes recordar
¡para otros!

Cierra la puerta
la vida comienza aquí,
Empieza otra vez,
la primera,
Busca el calor,
la primavera o el verano.


eres la única que piensa como tú.


eres la única que sueña lo que tú.

Libre para ser a tu manera
no importa el vestido que lleves,
ojos azules, pelo rojo,
solo se tú.

Hoy puedes decir
que nada importa
nunca más.

[¿Dónde estás esta noche?]

Tu dulce luz lame mis oídos,
acude puntual al sopor,
que inunda mis sentidos,
azul frío como el tedio.

Y saber salir, huir hacia atrás,
sin volver, donde mis pasos dicen no,
soñando que estás, en la triste sombra,
de una noche como hoy, vacía, sin tí.

Son tus pasos vacilantes lastimeros embajadores,
de un dolor impreciso que acude en mi busca,
y me despierta, de un sueño deseado,
que no llega, porque no suenan en mi habitación.

El calor de las sábanas recuerda batallas;
ahora todas frías, ahora siempre perdidas.
Un encuentro casual, inesperado;
sueños, miedos, laberintos, callejones.

Roces que no están, palabras que vuelan,
desde el pasado incierto de su problable inexistencia,
que hacen desear que no haya pasado lo que quizás no ocurrió,
pero que duele, como si fuera ahora, porque no estás.

¿Dónde estás esta noche?
Espero que vengas a mis sueños Paula.

[Besos bajo el agua]

Soñar el arcoiris
Sabiendo que no es para mí
Despertar con el corazón
En la muñeca
Sabiendo que no estás aquí
Confundir contigo deseos y caricias

¡Nunca mía!

Queman, hielan,
Aquí me dejan
Solo, frío,
Sin tí, vacío

Hoy mato no se a quién,
Me encierro en la cárcel de tus ojos
Hoy robo sin saber qué,
Me destierro a la suerte de tus besos

Es muy de noche para ver tu cara
Sólo en sueños quizá aparezcan
Bajo el agua
Tus labios de fresa
Tus ojos azules,
Tu pelo rojo

¿Dónde has estado?

Esperándome tras el manto de estrellas
Oculta en las brumas de la memoria
Y las ensoñaciones
Los fantasmas de la soledad te acercan
Y te hacen tan real como el cuento
De antes de dormir

Queman, hielan,
Aquí me dejan
Solo, frío,
Sin tí, vacío

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