sábado, abril 24, 2004
[Espejo de tí y de mí]
Nada es lo que parece
desnudo frente a mí,
cómo no evitar romperlo
y salir detrás de tí
cuando vienen a buscarme
los suburbios de presencia perdidos
que dejas cada noche
clavados en mi piel.
Es a mí, es mi puerta
a la que llamas,
echo de menos
la mirada de niño
al descubrirte el rastro
de la dulce resaca
que produce el recuerdo
de nuestros besos de ayer.
El calor evocador
hace imprescindibles
las sugerencias de imágenes
fracturadas en su fragilidad
en aras de tu cuerpo
y de un descanso
que sin tí
no habrá de llegar.
Naufrago arrodillando
mi deseo ante tí,
para teñir el agua con la tinta
de mis poesías sumergidas
que son ese anhelo roto
donde contemplas mis sueños.
¿dónde encontrar un espejo
que no nos refleje al revés?
Nada es lo que parece
desnudo frente a mí,
cómo no evitar romperlo
y salir detrás de tí
cuando vienen a buscarme
los suburbios de presencia perdidos
que dejas cada noche
clavados en mi piel.
Es a mí, es mi puerta
a la que llamas,
echo de menos
la mirada de niño
al descubrirte el rastro
de la dulce resaca
que produce el recuerdo
de nuestros besos de ayer.
El calor evocador
hace imprescindibles
las sugerencias de imágenes
fracturadas en su fragilidad
en aras de tu cuerpo
y de un descanso
que sin tí
no habrá de llegar.
Naufrago arrodillando
mi deseo ante tí,
para teñir el agua con la tinta
de mis poesías sumergidas
que son ese anhelo roto
donde contemplas mis sueños.
¿dónde encontrar un espejo
que no nos refleje al revés?
