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miércoles, febrero 11, 2004

[La droga de las flores amarillas]

Todo por la pequeña pastilla de flores amarillas que me diste el viernes,
empecé
a caminar desnudo dentro de mi,
a abrir las ventanas cerradas,
a pensar en todo lo que me faltaba,
y tirarme al suelo y sacar el vacío,
y tragarme el mar y volver a sentir,
y vomitar las resacas del ayer que faltaban.

Todo por la pequeña pastilla de flores amarillas que me diste el sábado,
continué
soñando que tus besos eran de verdad,
cerrando los ojos y ver tus labios suspirar,
acariciando tu cuerpo como un manantial,
y salir del desierto para estar contigo,
y quemar los puentes y que no haya más,
y tener miedo y que me de igual.


Todo por la pequeña pastilla de flores amarillas que me diste el domingo,
terminé
de tener claro que quiero estar junto a tí,
de saber que un segundo contigo no tiene fin,
de desear besarte bajo el mar,
y todo da igual si estas tu,
y los sueños solo existen si estás tu,
y los sueños solo se realizan si estás tu.

Y ahora estoy enganchado a la droga mas dura, a ti Paula. Y no la quiero dejar.

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